Aleppo

¿Qué está pasando en Aleppo?

Aleppo, la ciudad más grande de Siria y de toda la región de Persia, es mucho más que una urbe devastada por la guerra. Representa el espíritu resiliente de una nación que lucha por levantarse tras años de conflicto. Sin embargo, en las últimas semanas, esta región ha vuelto a ser noticia debido a una nueva ola de ataques terroristas perpetrados por células yihadistas vinculadas al Estado Islámico (EI) y Al Qaeda, lo que ha dejado decenas de muertos, heridos y un ambiente de incertidumbre para sus habitantes.

Aleppo

Conocida en la antigüedad como Khalpe para los asirios, Beroea para los griegos y Halep para los turcos, es una de las ciudades más antiguas del mundo, con registros de ocupación que datan del año 1800 a.C. Durante siglos, fue un importante enclave comercial entre el Mediterráneo y el río Éufrates, consolidándose como un cruce de caminos para diversas culturas y religiones.

La ciudad antigua de Aleppo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, albergaba un legado arquitectónico único: zocos cubiertos, caravasares, mezquitas y grandes mansiones construidas entre los siglos XII y XVI. Estos tesoros históricos, sin embargo, han sufrido graves daños durante la guerra civil siria que estalló en 2011.

El blanco del conflicto

En 2016, las fuerzas del presidente Bashar al-Assad recuperaron el control total de la ciudad tras la batalla de Aleppo, que dejó un saldo devastador de víctimas civiles y destrucción masiva. A pesar de la aparente estabilidad en los últimos años, los ataques recientes demuestran que Aleppo sigue siendo un blanco estratégico para las fuerzas rebeldes y yihadistas.

Cronología del último ataque a Aleppo

El 27 de noviembre de 2024, una serie de explosiones sacudió el barrio de Al-Shaar, una zona residencial densamente poblada al este de Aleppo. Las primeras investigaciones indican que un grupo de combatientes del Estado Islámico detonó varios artefactos explosivos improvisados cerca de un puesto de control militar. Acto seguido, los yihadistas lanzaron un asalto directo sobre varias instalaciones estratégicas de la ciudad, aprovechando la debilidad de las fuerzas locales y la escasa presencia de las milicias kurdas en la región.

El ataque, que duró más de 12 horas, dejó un saldo de 45 muertos y más de 100 heridos, en su mayoría civiles. Las escenas de destrucción y caos en las calles revivieron los peores recuerdos del conflicto pasado, obligando a cientos de familias a abandonar nuevamente sus hogares.

La respuesta del gobierno sirio

El gobierno de Siria, liderado por Bashar al-Assad, ha condenado enérgicamente el ataque, calificándolo como un intento deliberado de desestabilizar la región y socavar los esfuerzos de reconstrucción. En un comunicado oficial, Assad afirmó:

“Este ataque no solo es una agresión contra el pueblo de Aleppo, sino contra toda Siria. No permitiremos que el terrorismo vuelva a tener control sobre nuestra tierra.”

En respuesta, el ejército sirio, con apoyo logístico de Rusia y asesoría de Irán, ha iniciado operaciones de represalia en el norte del país, especialmente en las provincias de Idlib y Hama, donde se presume que operan las células terroristas responsables del ataque.

El papel de las milicias kurdas

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lideradas principalmente por milicias kurdas, han sido un aliado crucial en la lucha contra el Estado Islámico en el noreste de Siria. Sin embargo, su relación con el gobierno central de Damasco ha sido complicada. Aunque los kurdos han mantenido una presencia estratégica en algunas zonas de Aleppo, la reciente escalada de violencia ha evidenciado la necesidad de una mayor cooperación entre ambas partes para garantizar la seguridad de la región.

Líderes kurdos han expresado su preocupación por el resurgimiento del terrorismo en la región y han instado a la comunidad internacional a prestar atención a la situación en Aleppo, advirtiendo que el resurgimiento del Estado Islámico podría tener repercusiones más allá de las fronteras sirias.

“La historia” en riesgo

La nueva ola de violencia ha tenido un impacto devastador en la población civil de Aleppo, especialmente en las comunidades más vulnerables. Según informes de organizaciones humanitarias, más de 500 familias han sido desplazadas en los últimos días, sumándose a los millones de desplazados internos que la guerra ha dejado desde 2011.

Además, la ciudad antigua de Aleppo, que ya había sufrido graves daños durante la guerra civil, enfrenta nuevos riesgos. Los recientes ataques han afectado varias estructuras históricas, poniendo en peligro uno de los patrimonios culturales más valiosos de Oriente Medio.

En 2013, la UNESCO incluyó a todos los sitios sirios en la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro, alertando sobre los riesgos que enfrentan debido al conflicto. La situación actual de Aleppo refuerza la urgencia de proteger y preservar su legado cultural para las futuras generaciones.

Aleppo con incertidumbre palpable

A pesar de los desafíos, Aleppo sigue siendo un símbolo de resiliencia para el pueblo sirio. La ciudad ha comenzado a reconstruirse lentamente, con proyectos de infraestructura, hospitales y escuelas que buscan devolver la normalidad a una población traumatizada por años de guerra.

Sin embargo, el reciente ataque pone de manifiesto que la paz en Siria sigue siendo frágil y que Aleppo, por su importancia estratégica, seguirá siendo un objetivo tanto para grupos terroristas como para potencias extranjeras con intereses en la región.

El llanto

La pregunta ahora es si el gobierno sirio, con el apoyo de sus aliados internacionales, será capaz de garantizar una paz duradera en Aleppo o si la ciudad seguirá siendo un campo de batalla en un conflicto que parece no tener fin.

Mientras tanto, los habitantes de Aleppo continúan luchando por recuperar sus vidas, aferrándose a la esperanza de que algún día su ciudad vuelva a ser lo que fue: un cruce de civilizaciones, un símbolo de convivencia y un testimonio de la riqueza cultural de Siria.

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